miércoles, 23 de marzo de 2011

INSTRUCCIONES PARA EL USO DE LA BIBLIOTECA PEDAGÓGICA







-1- Al ingresar, se debe acudir a la Sección Contralor. Allí se autoriza el número de libros que puede retirar cada socio.
Con la presentación del carné vigente, el funcionario verifica si el usuario puede solicitar 1, 2, ó 3 libros según los que tenga en su poder-

-2- El lector elige la sección donde solicitará su material: Ciencias de la Educación,
Arte y Literatura; Sección Revistas, y Sala de Lectura-

-3- En ventanilla los libros se entregan al lector por 10 días calendario. Lo mismo en Sección Arte y Literatura-

-4- Lectores del Interior, si los libros los retira el mismo socio, debe pedir en Sección Contralor las boletas de pedido, que también serán para tres obras y tres revistas. Los lectores que pidan por Correo o por intermedio de otra persona, presentarán los formularios de pedidos con los siguientes datos: nombre, dirección, teléfonos, y firma-

-5- En Sala de Lectura no existe préstamo a domicilio. Los lectores munidos de su C,I. Vigente, retiran los volúmenes para leerlos allí-

-6- Los libros deben ser cuidadosamente tratados y devueltos en fecha. En su defecto el lector será privado del uso de la Biblioteca, por el doble de tiempo del atraso en la devolución-

-7- Artículo nº 35- Reglamento de la Biblioteca: “Transcurridos 15 días de la fecha de vencimiento del préstamo, se dará cuenta a la División hacienda del Consejo de Educación Primaria de los datos del lector o de su garantía para que proceda a la retención de sus haberes.”

Homenaje a Delmira Agustini



DELMIRA AGUSTINI (1887 - 1914)

Delmira Agustini nació en Montevideo el 24 de octubre de 1887. Muy temprano escribe sus primeros poemas y desde 1902 colabora en publicaciones periódicas nacionales y extranjeras. En 1907 edita su primer poemario, El libro blanco, al que siguen Cantos de la mañana (1910) y Los cálices vacíos (1913). Muere trágicamente el 6 de julio de 1914 en Montevideo.
Delmira


DELMIRA

En esta pieza de alquiler fue citada por el hombre que había sido su marido; y queriendo tenerla, queriendo quedársela, él la amó y la mató, matándose él después.
Publican los diarios uruguayos la foto del cuerpo que yace tumbado junto a la cama, Delmira abatida por dos tiros de revólver, desnuda como sus poemas, las medias caídas, toda desvestida de rojo:
Vamos más lejos en la noche, vamos...
Delmira Agustini escribía en trance. Había cantado a las fiebres del amor sin pacatos disimulos, y había sido condenada por quienes castigan en las mujeres lo que en los hombres aplauden, porque la castidad es un deber femenino y el deseo, como la razón, un privilegio masculino. En el Uruguay marchan las leyes por delante de la gente, que todavía separa el alma del cuerpo como si fueran la Bella y la Bestia. De modo que ante el cadáver de Delmira se derraman lágrimas y frases a propósito de tan sensible pérdida de las letras nacionales, pero en el fondo los dolientes suspiran con alivio: la muerta, muerta está, y más vale así.
Pero, ¿muerta está? ¿No serán sombra de su voz y ecos de su cuerpo todos los amantes que en las noches del mundo ardan? ¿No le harán un lugarcito en las noches del mundo para que cante su boca desatada y dancen sus pies resplandecientes?


(Eduardo Galeano)




Serpentina



En mis sueños de Amor ¡yo soy serpiente!
Gliso y ondulo como una corriente;
dos píldoras de insomnio y de hipnotismo
son mis ojos; la punta del encanto
es mi lengua … ¡y atraigo como el llanto!

Soy un pomo de abismo-
Mi cuerpo es una cinta de delicia,
Glisa y ondula como una caricia …
Y en mis sueños de odio ¡soy serpiente!
Mi lengua es una venenosa fuente;
mi testa es lezbélica diadema,
haz de la muerte, en mi fatal soslayo
son mis pupilas; y mi cuerpo en gema
¡es la vaina del rayo!

Si así sueño mi carne, así es mi mente:
un cuerpo largo , largo de serpiente,
vibrando eterna ¡voluptuosamente!


(Delmira Agustini, del libro “El rosario de Eros”)