jueves, 5 de junio de 2014

CUIDADO Y PRESERVACIÓN DEL MATERIAL BIBLIOGRÁFICO
       

La velocidad del deterioro depende de la estabilidad inherente al material, en combinación con ciertas influencias externas, tales como el ambiente y las condiciones de uso y de almacenaje. Es difícil cambiar el carácter intrínseco de los materiales, pero, y esto es muy importante, se puede trabajar firmemente para controlar los factores externos que aceleran la degradación para retardar este envejecimiento.
        Los factores ambientales que aceleran el deterioro incluyen la temperatura, la humedad, la luz (natural y artificial), la contaminación y los agentes biológicos. Cada uno de estos factores, si no es controlado, puede provocar por sí mismo, sólo daños específicos, pero combinados entre sí, pueden provocar daños irreversibles.

La higiene

El polvo que, inevitablemente, tiende a acumularse sobre los libros, contiene agentes que aceleran su destrucción como esporas de hongos, microorganismos, partículas metálicas, grasas etc. Si este polvo llega a penetrar entre las hojas, producirá su abrasión en forma de manchas y, a largo plazo, su destrucción.
        Esto hace necesaria una limpieza periódica del lugar, así como de las estanterías y de los propios libros. Debemos para ello seguir una secuencia lógica: techos, paredes, aberturas y pisos. En primer término lo que está arriba, ya que siempre caerá algo de polvo. Después se limpian las estanterías (empezando, también, por la parte superior).
Para limpiar cada estante se deben retirar los libros en lotes de cuatro o cinco ejemplares como máximo, y tomarse siempre por el lomo, nunca por el canto, y examinar cuidadosamente los estantes, identificando problemas como óxido, clavos salientes, restos de insectos, rastros de humedad, etc.

 

¿Cómo debemos limpiarlos con la aspiradora?


Primero, por seguridad, debemos colocarnos nuestro cubreboca, nuestra bata y los guantes; ya que estemos listos, entonces debemos  pasar la aspiradora para impedir que el polvo vuelva al ambiente. La debemos pasar por los tres cantos, el lomo y sus dos tapas; debemos tener la precaución de que nuestro libro esté cerrado, ya que si lo abrimos y la succión de nuestra aspiradora es demasiado intensa, podríamos romper algunas hojas.


También podemos limpiar con un trapo seco de algodón, pero nunca con un trapo húmedo ni con productos de limpieza. Por fin se devuelven los libros, en perfecto orden, a su lugar.

Pasamos una brocha hoja por hoja.



Los elementos extraños como marcadores de páginas, tiras de papel y flores deben removerse para que la acidez no migre a las hojas dañadas. Si se detecta algún documento deteriorado, se debe retirar del estante e incorporarlo a los documentos a restaurar.


Seguridad del personal


Se recomienda:

a)    Utilizar guantes de algodón o de goma para impedir el contacto directo de la piel con los elementos nocivos.
b)    Emplear bata de laboratorio, delantal o vestido completo (con pantalones de algodón o material lavable), deben reservarse para uso exclusivo de este trabajo, porque es muy fácil transportar, entre la ropa, plagas invisibles de un lugar a otro de la institución.
c)    Utilizar máscara para la protección de la cara (boca y orificios nasales).
d)    Emplear gafas industriales para la protección de los ojos.
e)    Lavarse las manos y la cara después de terminar la sesión, después de haberse quitado la ropa de trabajo y antes de comer, beber y, en especial, antes de fumar.
f)     No programar sesiones de más de cuatro horas de limpieza al día, hay que darle al organismo la oportunidad de recuperarse entre una sesión y la siguiente.

 


El uso de los libros en sala

                De entrada no es aconsejable beber, comer y en la biblioteca. Un ligero descuido puede provocar en los libros un daño irreparable.
        Tampoco debemos leer el libro como si fuera nuestro enemigo, abriéndolo hasta llegar a los 180 grados. Debemos respetar el ángulo de apertura que la encuadernación permita y no sobrepasarlo, bajo el riesgo de romperlo.
Otro aspecto para tener muy en cuenta a la hora de cuidar nuestros libros es la colocación en los estantes. El libro debe estar en posición perfectamente vertical, y si requiere sostenes adicionales para lograrlo, se lo debe apuntalar con sujetadores. Un libro que pierde su posición vertical sufre una paulatina torsión que daña la encuadernación y produce finalmente roturas.
        Deben colocarse en las estanterías sin llegar a comprimirlos. En este caso, cada vez que saquemos uno, éste y los contiguos, sufrirán deterioro. Tampoco debemos sacarlos arrastrándolos desde la parte superior del lomo ya que esta parte acabará por romperse. Es mejor empujar hacia atrás los libros contiguos y tomar el elegido por el centro de las tapas, sin tocar el lomo.

La Iluminación, temperatura y humedad

Se debe intentar, al menos, que los libros no experimenten variaciones bruscas de humedad y temperatura, ya que continuas dilataciones, contracciones y condensaciones de humedad, lo dañarían irremediablemente
¿Cómo evitar la degradación por factores climáticos y ambientales?
-       El control del ambiente es el factor más decisivo.
-       Determina el sentido y velocidad de las reacciones de envejecimiento.
-       Objetivo → Buscar unas condiciones estables.

¿Cuáles son los parámetros estándares?
Temperatura: 16 - 21º C
Humedad relativa: 40 - 55%
¿Cómo deteriora la humedad?
-       Sin control sobre ella, su presencia en exceso o escasez provoca daños que en muchos casos son irreparables.
-       Favorece el ataque de agentes químicos y biológicos.
-       El cambio de estado del agua debido a la modificación de la temperatura es una de las condiciones que puede causar mayor daño a las colecciones, por ello debe tenerse mayor cuidado en el control de esta condición.
-       El enfriamiento súbito en áreas de exhibición, depósitos o durante el transporte de objetos puede provocar condensación, que afectará directamente a los objetos en su condición dimensional y estructural provocando contracción y dilatación

La humedad relativa mide la cantidad de vapor de agua que contiene un determinado volumen de aire en comparación con la cantidad máxima de vapor de agua que ese mismo volumen de aire puede contener a esa misma temperatura.
-       Se expresa por medio de un % que puede ir de 0 a 100.
-       Cuando el aire tiene una HR entre 0%-30%, el ambiente es seco.
-       Los valores moderados se sitúan entre el 30%-60%.
-       Valores de HR entre 60%-100% son ambientes húmedos.
-       Su control es decisivo y el que presenta mayor dificultad.

La humedad relativa alta (más del 65%) → en combinación con la alta temperatura, estimula el crecimiento de hongos y la actividad de insectos y las reacciones de oxidación de la celulosa.
-       El proceso de acidificación del papel se acelera.
-       El papel se vuelve más receptivo a los contaminantes atmosféricos y pierde resistencia.
-       El pergamino resiste mejor, pero si persiste la situación puede llegar a pudrirse.
-       La plata de fotografías y negativos se oxida más rápidamente y las imágenes amarillean y se desvanecen.
-       Los soportes de nitrato y acetato de celulosa se descomponen más rápidamente que los de poliéster y también el acetato se acidifica con más rapidez.

La humedad relativa baja → desecación y friabilidad de ciertos materiales.
Por debajo del 40%:
-       El papel se vuelve quebradizo.
-       Pierde resistencia.
-       Las colas se craquelan.
-       Los aglutinantes y pigmentos pierden flexibilidad.
-       Los pergaminos y cueros se resecan y pierden flexibilidad y pueden llegar a romperse.

Por debajo del 20%:
- La emulsión se despega en soportes poco permeables, como el vidrio o el poliéster.

¿Qué sucede con la temperatura?
-       El calor acelera la tasa de deterioro.
-       La temperatura baja frena la actividad de muchos microorganismos.
-       Cada elevación de 10º C se aceleran los procesos de envejecimiento (de 2 a 3 veces).
-       Su control debe ir unido al de la HR porque son interdependientes.

¿Cuál es el ambiente ideal?
-       Temperatura: entre 16º C y 21º C
-       Humedad: entre 40% y 55%
-       Buena circulación de aire (ventiladores y ventanas)
-       Deshumidificadores en áreas críticas
-       aislamiento térmico (persianas)
-       mantenimiento edilicio

¿Para qué debe controlarse sistemáticamente la temperatura y la humedad?
-       Documentar las condiciones ambientales existentes.
-       Apoyar las solicitudes para instalar controles ambientales.
-       Comprobar si los equipos de climatización están operando adecuadamente.


¿Cuáles son los parámetros estándar de temperatura y humedad según el bien de que se trate?
-       Libros y documentos: 18 - 21º C y entre 40 - 55% HR
-       Fotografía Color: 20º C(+-2) 45% (+-5) HR
-       Fotografía Blanco y Negro:15 - 25º C y entre 30 - 35% HR
-       Discos acetato, cintas, CDS: 15 - 20º C y entre 25 - 45% HR

¿Qué instrumentos podemos emplear para controlar?
-       Termómetros → Miden la temperatura.
-       Higrómetros → Miden la humedad.
-       Sicrómetros → Miden la humedad.
-       Termohigrógrafos → Miden temperatura y humedad relativa.
-       Termohigrómetro → Miden temperatura y humedad relativa. No deja constancia gráfica de las mediciones.
-       Sondas → Miden temperatura y humedad relativa.

¿Cómo se puede ayudar a controlar la temperatura y la humedad?
-       Mantenimiento de los edificios en buen estado.
-       Reparación de grietas, cierre y/o sellado de puertas y ventanas.

Otro de los grandes inconvenientes y que hay que tomar en cuenta siempre: la luz
-       Uno de los problemas más complejos para los conservadores
-       Todos los materiales son sensibles a la luz:
a)    El papel amarillea.
b)    Los tejidos se decoloran.
c)    Las pieles se resecan.
d)    Los pigmentos se destruyen.
e)    Se desvanece la imagen fotográfica.
f)     Los barnices se oscurecen
g)    Acelera las reacciones de oxidación de los soportes.
h)   Debilitamiento y friabilidad de las fibras de celulosa → decoloración, amarillamiento, oscurecimiento.
i)     Sus efectos son acumulativos, por lo que es importantísimo el tiempo de exposición

Entre los temas tratados está el de las fuentes luminosas
La mayoría de las fuentes luminosas emiten radiaciones (visibles e invisibles) en distintas proporciones:
-       sol – radiaciones visibles, gran cantidad de infrarrojos, muchos ultravioletas. Evitar como fuente directa. Disminuir los rayos haciendo que el haz de luz se refleje primero sobre alguna superficie (indirecto al objeto)
-       lámpara incandescente –radiaciones visibles, gran cantidad de infrarrojos, pocos ultravioletas
-       tubos fluorescentes -radiaciones visibles, pocos infrarrojos, gran cantidad de ultravioletas (a menos que contengan filtros).Bajo costo. Buen rendimiento luminoso. Alta emisión de ultravioletas sólo atenuable con filtro. Usar con cautela.
-       Fibra óptica. De gran eficiencia. Anula el contenido de infrarrojos y ultravioletas. La luz se trasmite a través de fibras reflectivas (cable) con luces halógenas recubiertas de un material reflectivo

Sugerencias de intensidad:
La iluminación puede obtenerse de:
-       Lámparas fluorescentes provistas de difusores.
-       Lámparas incandescentes con filtros de absorción de calor.
-       Iluminación por medio de fibra óptica.
-       Iluminación ideal →50 lux. - Para material orgánico, textiles, acuarelas, tapicería, impresos, dibujos, manuscritos, cuero, especímenes botánicos, pieles, pelo.
-       Hasta 200 lux - Óleo y pintura a la témpera, maderas
-       Cuando un objeto posee una combinación de diversos materiales debe tratarse como el más sensible.