EXPURGOS
La tarea de
llevar a cabo el expurgo en una biblioteca generalmente suele ser mal acogida.
Existen una serie de aspectos que influyen negativamente para su realización
como son las barreas psicológicas del personal que ha de llevarlo a cabo, ya
que la tarea del expurgo está muy ligada a los conceptos “destruir”, “deshacerse”
o “eliminar”. También existen las barreras prácticas en el sentido de que no se
cuenta con los recursos de personal suficiente, falta de tiempo, de dinero,
espacio para el almacenamiento, etc.
Sin embargo,
el expurgo es la tarea que va a ayudar a que nuestra biblioteca mantenga y siga
desarrollando una colección viva, y por ende que nuestros usuarios dispongan de
una información actual que les anime a seguir utilizando nuestros centros. Sin
duda, para dar cabida a una colección lo más actualizada posible, es necesario
que ésta se esté renovando constantemente. Ello supone la entrada y salida de
obras de nuestros centros.
El objeto de este tema es el
de dar una visión global de lo que supone la tarea del expurgo y afianzar el
valor positivo que infunde al desarrollo de una colección.
Definición y
fundamentos del expurgo
El expurgo
tiene sus orígenes en Gran Bretaña en 1976 dentro de las bibliotecas
universitarias. La tarea de expurgo ha contado con multitud de definiciones,
recogemos dos de ellas para establecer el concepto de expurgo.
Selección
de los documentos que reúnen las mejores condiciones de testimonio e información
para su pase a los archivos históricos con objeto de asegurar su conservación
perpetua.
Operación
técnica de evaluación crítica con vistas a la retirada de parte de la colección.
El expurgo debe entenderse como una tarea más de la gestión de la colección que
contribuye a mantener a ésta en las mejores condiciones posibles. No hay que
confundir expurgo con retirada: todos los fondos son sometidos a expurgo y,
como consecuencia de él, algunos de ellos serán retirados de la colección.
Establecer
un Plan de Expurgo
Una vez que
la biblioteca decide emprender una tarea de expurgo es fundamental establecer
un plan de expurgo en el que
queden reflejados todos los pasos que se darán. El esquema que nosotros
proponemos es el siguiente:
1. Análisis de
la situación actual para iniciar una tarea de expurgo
El primer
paso antes de iniciar una tarea de expurgo es analizar la situación en la que
se encuentra tanto nuestro centro como nuestra colección. Algunas de las
cuestiones que habría que tener en cuenta en el análisis:
-
Actualidad de la colección con
la que contamos
-
Si nos permitiría un ahorro de
espacio en las estanterías
-
Si favorecería y mejoraría el
acceso a la información, el usuario ha de llegar con facilidad a los volúmenes
-
Mejoraremos la imagen de la
biblioteca, se detectará el material dañado por el uso
Otras
razones de peso para iniciar una tarea de expurgo pueden ser el traslado de la
biblioteca a otro edificio, este es uno de los mejores momentos para revisar el
estado de la colección, o por ejemplo el inicio de un proceso de automatización
que obligue a poner al día el catálogo.
2. Objetivos
que se persiguen
El inicio de
un proyecto supone como meta la consecución de unos objetivos. Entre los
objetivos a alcanzar están:
-
Aislar el material obsoleto
y/o desfasado
-
Ampliación de los espacios
disponibles de almacenamiento, logrando mayor espacio para las nuevas
adquisiciones
-
Restauración de los fondos
deteriorados
-
Reunir y organizar la
colección para permitir al usuario ampliar su formación cultural
3. Medios de
los que se dispone
Una vez
establecido el análisis y los objetivos, el paso siguiente es determinar si es
posible llevar a cabo una tarea de expurgo con los medios de los se dispone.
Deberemos constatar que:
-
Disponemos de personal. La
tarea de expurgo puede llevar un tiempo considerable, dependerá del fondo a
analizar. Sería conveniente establecer un grupo de trabajo y un calendario e
intentar iniciar esta tarea en meses en los que el nivel de trabajo en la
biblioteca sea menor. Por otro lado, la responsabilidad del expurgo suele estar
compartida por el personal bibliotecario y el personal docente especializado
-
Si contamos con espacio de
almacenamiento para el caso en el que haya que reubicar obras de la colección
-
Dinero del que se dispone, nos
encontraremos con obras que haya que enviar a talleres para su restauración y
en otras cosas la obra tendrá que ser repuestas e incluso adquirir otro tipo de
soporte diferente al original. Sería interesante fijar unos valores para tomar
la decisión, por ejemplo si la encuadernación no supone más de 1/3 de la obra
se podrá adoptar esta medida
-
Recursos bibliográficos con
los que se cuenta, un buen catálogo ayudará a esta tarea
4. Criterios
generales para establecer si una obra será o no expurgada
Quizá esta
sea la parte más difícil dentro del expurgo. Se trata de establecer los
criterios por los que una obra será desterrada de nuestra colección. Atendemos
a dos tipos de criterios: criterios objetivos y criterios subjetivos.
Criterios
objetivos:
-
Antigüedad / Obsolescencia.
Determinar si un material tiene un contenido obsoleto o no va a depender de la
disciplina de la que trate. Es aconsejable revisar las monografías con 5 años
de antigüedad, la información científica y técnica suele tener mayor grado de
obsolescencia. La fecha de Depósito Legal también es uno de los indicadores a
tener en cuenta.
-
Uso, la circulación de las
obras son un claro indicador para el expurgo, una obra que no se haya prestado
en los últimos cinco años puede ser un referente claro para ser eliminada de la
colección
-
Duplicidad de los documentos,
en este caso habrá que tener en cuenta que obras son las que están duplicadas
puesto que no es lo mismo la duplicidad en manuales técnicos que obra de
literatura clásica, por ejemplo.
-
Estado físico, si las obras
están muy deterioradas habrá que plantear su arreglo o sustitución
-
Redundancia en la información,
con los nuevos formatos en los que esta se presenta existen muchas
posibilidades de que esta esté repetida en varios formatos, por ejemplo
enciclopedias, bases de datos...
Criterios
Subjetivos:
-
El criterio del personal que
va a realizar el expurgo es determinante. Lo ideal sería contar con ayuda de un
especialista en cada materia. En el caso de las bibliotecas universitarias esta
labor puede ser apoyada por el personal docente e investigador, la bibliografía
que se recomienda en cada una de las asignaturas impartidas es un claro
indicador de las obras que van a ser más actualizas.
5. Ejecución
del plan de expurgo. Establecimiento de una metodología de trabajo
Llega la
hora de poner en práctica el plan de expurgo. Uno de los métodos que puede
ayudarnos es el IOUPI, también conocido como método Crew.
Es el
momento de aplicar los criterios de expurgo, lo recomendable es crear un libro
de registro de las obras en expurgadas:
a) Se
examinarán cada obra de cada área que se ha decidido expurgar
b) Aplicando los anteriores criterios objetivos y subjetivos se decide el destino de la obra
b) Aplicando los anteriores criterios objetivos y subjetivos se decide el destino de la obra
b) Se tomará nota en el libro de registro de las
obras expurgadas los datos y el motivo de exclusión, ejemplo de ficha de
expurgo:
Nº de Registro
|
Título
|
Fecha
|
Motivo de exclusión
|
6. Destino de
los fondos expurgados
Otra tareas
derivadas del expurgo son realizar las correcciones en el catálogo de las obras
que han sido expurgadas, llevar a cabo el control estadísticos de las altas y
bajas que se han producido, elaborar un informe para el departamento de
adquisiciones y que este tenga en cuenta las lagunas de contenido que pueden
haber quedado en la colección a la hora de seleccionar.
7. Conclusiones
finales de la tarea de expurgo
Como toda
tarea llevada a cabo dentro de la biblioteca el expurgo ha de ser evaluado para
ver hasta qué punto se han alcanzado los objetivos que se establecieron en un
principio y en caso de no haberlos conseguido cambiar el método empleado.
Deberán ser
analizados aspectos como: si la organización de la biblioteca ha mejorado, si
se ha ahorrado espacio, si ha habido un aumento en los préstamos realizados a
raíz de expurgo, si se puede dar cabida a un mayor volumen de adquisiciones que
mejoren la colección etc.
En
definitiva se trata de analizar si el descarte es una práctica saludable y nos
permite mantener una colección más acorde con la demanda. No obstante se debe
realizar con el debido cuidado y asesoramiento para realizarlo con acierto, de
modo que hayamos conseguido un beneficio para el centro y sus usuarios.