viernes, 27 de mayo de 2011

Algunos apuntes sobre la importancia de la lectura




Hay que reconocer que la irrupción de los medios de comunicación, basados en la palabra y en la imagen -la radio, la T.V.- significan un cambio profundo en la situación de la lectura en el mundo entero. La lectura ha perdido el privilegio de ser el medio cultural preponderante y casi exclusivo de información y de difusión cultural. Pero, sin embargo, sigue siendo la única forma de cultura de la que nos enorgullecemos. Es así que si preguntamos a cualquier persona si es importante leer, recibiremos siempre contestaciones afirmativas, aún de aquellas que nunca han abierto un libro. Todos tenemos conciencia de que leer es una actividad propia del mundo culto y a ese mundo queremos pertenecer. El ser capaz de comentar un libro, un folleto, un artículo, produce, en general, placer.
Sin embargo, nadie hace alarde de cuántas horas de televisión ve; al contrario, cuando en círculos sociales se hace referencia a programas de T.V., en general, el comentario es que se dedica muy poco tiempo a ella, lo que, en la mayoría de los casos, no es cierto.
Pero, de todas formas, la lectura conserva una función importantísima en lo que se relaciona con la cultura y, esencialmente, con el lenguaje. Cada material de lectura que llega a nuestras manos, por más malo que sea, tiene algo de positivo y deja una enseñanza. Se aprende una palabra nueva, se ubica algo en el mundo, o, por lo menos, se lo juzga, con lo que se establece una diferencia entre lo bueno y lo malo.
Por otra parte, las personas que no leen tienen una visión mucho más limitada del universo ya que solo podrán acceder a los cuentos orales, a lo que ven, a lo que oyen, pero no a ese campo ilimitado que la lectura ofrece. Las que leen son capaces de recibir conocimientos, vivencias, informaciones elaborados por otras personas, de zonas lejanas o cercanas, a las que, posiblemente, nunca verán.
El papel de la escuela como estimuladora del hábito lector es fundamental; también, el de la familia. De la selección que el maestro haga en cuanto a materiales de lectura, de la importancia y el tiempo que los padres dediquen a los cuentos, a los relatos, dependerá, en gran parte, el conseguir adultos lectores.

La lectura tiene claras ventajas sobre otros medios de comunicación:

1) Es la forma más efectiva y más provechosa de aprendizaje del lenguaje.
A través de lo que otros escriben grabamos, a veces inconscientemente, modismos, giros idiomáticos. El lenguaje, como materia teórica, es tan inabarcable que el contacto con él será la más valiosa forma de aprendizaje. El vocabulario se enriquece, nuevas palabras pasan a integrar el nuestro. La finalidad de la lectura es gozar, sentir placer.



2) Estimula la imaginación.
Los otros medios de comunicación presentan todo resuelto. Nada queda para crear. Sabemos cómo son las personas, los lugares, las voces. García Márquez se negó durante mucho tiempo a que sus libros fueran llevados al cine porque le parecía que era una forma de dejar fijos para siempre a sus personajes, ya que, mientras que pertenezcan únicamente al mundo de la lectura, cada lector creará el suyo a su antojo.



3) Fomenta la libertad.
El lector elige el momento, el lugar, la luz, y sobre todo, el material que le parece adecuado a sus gustos y a sus necesidades. Leerá un libro de acción, una novela, un artículo periodístico en el momento en el que se sienta inclinado a hacerlo.

En cambio, la radio y la TV, ricas en programación, ofrecen lo que los directivos eligen, en horarios y días preseleccionados.
Por otra parte, el ritmo que se elige para leer es el que conviene a las posibilidades de comprensión de cada uno


4) Permite la organización de la información.
El lector selecciona el tema, el material al que quiere acceder, el que está de acuerdo con sus posibilidades de comprensión y con sus intereses. Recurrirá a lo que necesita, para ampliar conocimientos, para sentir placer. Será él quien seleccione la noticia que en ese momento le interese. El material, por otra parte, está a su disposición: en su casa, en una biblioteca y puede recurrir a él cuando lo crea necesario.



5) Da la profundidad en cuanto a personajes y sucesos.
Ninguna novela, ningún libro pueden llevarse al cine tal cual han sido escritos. Se necesita recortarlos, achicarlos; se pierde, por consiguiente, mucho de su esencia.

¿Quién no se ha sentido desilusionado después de ver en cine o en T.V. una novela que ha leído? ¡Cuántas cosas se perdieron, qué diferentes fueron las situaciones a las imaginadas, qué distintos los físicos y hasta los caracteres de los personajes!
Y esto es inevitable, aunque hay técnicos que se ocupan de las adaptaciones. La riqueza de la lectura es inadaptable.
6) A ella se puede recurrir cuantas veces sea necesario o porque algo no se comprendió o por el simple gusto de releer.