Nace en Figueras el pintor
surrealista Salvador Dalí
"...el surrealismo habrá servido por lo
menos para dar una prueba experimental de
que la total esterilidad de los intentos por
automatizar han llegado demasiado lejos y
han llevado a un sistema totalitario. La
pereza contemporánea, y la total falta de
técnica, han alcanzado su paroxismo en la
significación psicológica del uso actual de
la institución universitaria."
Salvador Dalí nació a las 8:45 horas del 11 de mayo de
1904, en el número 20 de la calle Monturiol, en Figueras, provincia de Gerona,
en la comarca catalana del Ampurdán, cerca de la frontera con Francia. El hermano
mayor de Dalí, también llamado Salvador (nacido el 12 de octubre de 1901),
había muerto de un “catarro gastroenterítico infeccioso” unos nueve meses antes
(el 1º de agosto de 1903), por lo que decidieron ponerle el mismo nombre. Esto
marcó mucho al artista posteriormente, quien llegó a tener una crisis de
personalidad, al creer que él era la copia de su hermano muerto. Su padre,
Salvador Dalí i Cusí, era abogado de clase media y notario, de carácter
estricto suavizado por su mujer Felipa Domènech i Ferrés, quien alentaba los
intereses artísticos del joven Salvador. Con cinco años, sus padres lo llevaron
a la tumba de su hermano y le dijeron que él era su reencarnación, una idea que
él llegó a creer. De su hermano, Dalí dijo:
...nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos
reflejos diferentes... Mi hermano era probablemente una primera visión de mí
mismo, pero según una concepción demasiado absoluta.
Dalí también tuvo una hermana, Ana María, tres años
más joven que él. En 1949 ella publicó un libro sobre su hermano, titulado Dalí
visto por su hermana. En su infancia, Dalí trabó amistad con futuros
jugadores del F.C. Barcelona, como Emilio Sagi Liñán o Josep Samitier. En época
de vacaciones, en el floreciente Cadaqués, el trío pasaba mucho tiempo jugando
al fútbol.
En 1916 descubrió la pintura contemporánea durante una
visita familiar a Cadaqués, donde conoció a la familia de Ramón Pichot, un
artista local que viajaba regularmente a París, la capital del arte del
momento. Siguiendo los consejos de Pichot, su padre lo envió a clases de
pintura con el maestro Juan Núñez. Al año siguiente, su padre organizó una
exposición de sus dibujos al carboncillo en la casa familiar. A los catorce
años (1919), Dalí participó en una exposición colectiva de artistas locales en
el teatro municipal de Figueras y en otra en Barcelona, auspiciada por la
Universidad, en la que recibió el premio Rector de la Universidad.
En 1919, cuando cursaba sexto de bachillerato en el
instituto Ramón Muntaner, editaron entre varios amigos la revista mensual Studium.
Había ilustraciones, textos poéticos y una serie de artículos sobre pintores
como Goya, Velázquez o Leonardo da Vinci.
En febrero de 1921 su madre murió a consecuencia de un
cáncer de mama. Dalí tenía 16 años. Sobre la muerte de su madre diría más tarde
que fue “el golpe más fuerte que he recibido en mi vida. La adoraba. No podía
resignarme a la pérdida del ser con quien contaba para hacer invisibles las
inevitables manchas de mi alma...”. Tras su muerte, el padre de Dalí contrajo
matrimonio con la hermana de su esposa fallecida. Dalí no se quejó por este
matrimonio, pues tenía un gran amor y respeto por su tía.
En 1922 Dalí se alojó en la célebre Residencia de
Estudiantes de Madrid para comenzar sus estudios en la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando. Dalí enseguida atrajo la atención por su carácter de
excéntrico dandi. Lucía una larga melena con patillas, gabardina, medias y
polainas al estilo de los artistas victorianos. Sin embargo, fueron sus
pinturas, en las que Dalí tanteaba el cubismo, las que llamaron la atención de
sus compañeros de residencia, entre los que se incluían futuras figuras del
arte español, como Federico García Lorca, Pepín Bello o Luis Buñuel. En aquella
época, sin embargo, es posible que Dalí no entendiese completamente los
principios cubistas: sus únicas fuentes eran artículos publicados en la prensa
y un catálogo que le había dado Pichot, puesto que en el Madrid de aquella
época no había pintores cubistas.
En 1924 un todavía desconocido Salvador Dalí ilustró
un libro por primera vez. Era una publicación del poema en catalán Les
Bruixes de Llers, de uno de sus amigos de la residencia, el poeta Carles
Fages de Climent. Dalí pronto se familiarizó con el dadaísmo, influencia que lo
marcó el resto de su vida. En la residencia también trabó una apasionada
relación con el joven Lorca, pero Dalí terminó rechazando los amorosos reclamos
del poeta.
Dalí fue expulsado de la Academia en 1926, poco antes
de sus exámenes finales, por afirmar que no había nadie en ésta en condiciones
de examinarlo. La maestría de sus recursos pictóricos se refleja en su
impecablemente realista Cesta de pan, pintada en 1926. Ese mismo
año, visitó París por primera vez, donde conoció a Pablo Picasso, a quien el
joven Dalí admiraría profundamente. Picasso ya había recibido algunos
comentarios elogiosos sobre Dalí de parte de Joan Miró. Con el paso del tiempo
y el desarrollo de un estilo propio, Dalí se convirtió a su vez en una
referencia y en un factor influyente en la pintura de éstos.
Algunas de las características de la pintura de Dalí
de aquella época se convirtieron en distintivas para toda su obra posterior.
Dalí absorbía las influencias de muchos estilos artísticos, desde el
academicismo clásico a las vanguardias más rompedoras. Sus influencias clásicas
pasaban por Rafael, Bronzino, Zurbarán, Vermeer y, por supuesto, Velázquez.
Alternaba técnicas tradicionales con sistemas contemporáneos, a veces en una
misma obra. Las exposiciones de su obra realizadas en Barcelona en aquella
época atrajeron gran atención, en la que se mezclaban las alabanzas y los
debates suscitados por una crítica dividida.
En aquella época, Dalí se dejó crecer un vistoso
mostacho que imitaba al del célebre pintor Diego Velázquez, y que se
convertiría en uno de sus distintivos personales el resto de su vida.
En 1929 Dalí colaboró con el director de cine Luis
Buñuel, amigo de la residencia de estudiantes, en la redacción del polémico
cortometraje Un chien andalou, en el que se mostraban escenas
propias del imaginario surrealista. Dalí afirmó haber desempeñado un papel
esencial en el rodaje del film, sin que este extremo se haya visto confirmado
por la historiografía del arte contemporáneo. En agosto de ese mismo año
conoció a su musa y futura esposa Gala. Nacida con el nombre de Elena
Dmitrievna Diakonova, era una inmigrante rusa, once años mayor que él, en aquel
tiempo casada con el poeta francés Paul Éluard. Ese mismo año, Dalí continuó
exponiendo regularmente, ya como profesional, y se unió oficialmente al grupo
surrealista afincado en el barrio parisino de Montparnasse. Durante los dos
años siguientes, su trabajo influyó enormemente en el rumbo del surrealismo,
que lo aclamó como creador del método paranoico-crítico, el cual, según se
decía, ayudaba a acceder al subconsciente, liberando energías artísticas
creadoras.
En el ámbito doméstico, la relación de Dalí con su
padre estaba próxima a la ruptura. Salvador Dalí i Cusí se oponía al
romance del joven artista con Gala, y condenaba su vinculación con los artistas
del surrealismo por considerarlos - como buena parte de la opinión pública -
elementos tendentes a la degeneración moral. La tensión fue en aumento
hasta culminar en un enfrentamiento personal, a raíz de una noticia sobre Dalí
publicada en la prensa, en la que se refería que un dibujo de un Sagrado
Corazón de Jesucristo expuesto en París por el joven mostraba una
inscripción en la que se leía: “En ocasiones, escupo en el retrato de mi madre
para entretenerme”. Ultrajado, su padre demandó una satisfacción pública. Dalí
se negó, quizás por temor a ser expulsado del grupo surrealista, y fue echado
violentamente de casa el 28 de diciembre de 1929. Su padre lo desheredó y le
prohibió regresar jamás a Cadaqués. Posteriormente, Dalí describió cómo en el
curso de este episodio le presentó a su padre un preservativo usado conteniendo
su propio esperma, con las palabras: “Toma. ¡Ya no te debo nada!”. El verano
siguiente, Dalí y Gala alquilaron la pequeña cabaña de un pescador en una bahía
cerca de Portlligat. Compró el terreno, y a lo largo de los años fue
ampliándola hasta convertirla en su fastuosa villa junto a la mar, hoy
reconvertida en casa-museo. Gala y Dalí se casaron en 1934 en una ceremonia
civil, y volverían a hacerlo por el rito católico en 1958.
En 1931 Dalí pintó una de sus obras más célebres, La
persistencia de la memoria (Los relojes blandos), obra en la que según
algunas teorías ilustró su rechazo del tiempo como una entidad rígida o
determinista. Esta idea se ve apoyada por otras imágenes de la obra, como el
extenso paisaje, o algunos relojes de bolsillo devorados por insectos. Los
insectos, por otra parte, formarían parte del imaginario daliniano como una
entidad destructora natural y, tal como explicó en sus memorias, venía
determinada por un recuerdo de infancia.
Dalí llegó a Estados Unidos gracias al marchante
Julian Levy en 1934. La exposición de algunas obras de Dalí —incluida la
célebre Persistencia...— levantó un enorme revuelo en Nueva York.
Se organizó un baile en su honor, el Dalí Ball, al que compareció
llevando una caja de cristal colgada sobre el pecho con un sostén dentro. Ese
mismo año, Dalí y Gala ofrecieron un baile de máscaras en Nueva York, cortesía
de la heredera Caresse Crosby. Fueron disfrazados del bebé Lindbergh y su
secuestrador. El escándalo levantado en la prensa fue tan notable que Dalí
pidió disculpas públicamente. Al regresar a París, debió explicarse ante los
surrealistas que no entendieron por qué se había disculpado por un acto
considerado surrealista.
Aunque la mayor parte del surrealismo se había
adscrito a ideas políticas de izquierda, Dalí mantenía una posición que se
juzgaba ambigua en la cuestión de las relaciones entre arte y activismo
político. Los líderes del movimiento, principalmente André Breton, lo acusaron
de defender lo “nuevo” e “irracional” del fenómeno hitleriano, acusación que
Dalí refutó afirmando que “no soy un hitleriano ni de hecho ni de intención”.
Dalí insistía en que el surrealismo podía existir en un contexto apolítico, y
se negó a denunciar públicamente el régimen fascista alemán. Éste y otros
factores le hicieron perder su prestigio entre sus camaradas artistas, y a
finales de 1934 Dalí fue sometido a un “juicio surrealista” del cual resultó su
expulsión del movimiento. A esto, Dalí respondió con su célebre réplica, “Yo
soy el surrealismo”.
Sin embargo, en 1936, Dalí volvió a participar en una
exposición surrealista, esta vez de índole internacional, celebrada en Londres.
Su conferencia, titulada Fantômes paranoiques authentiques, fue
impartida con un traje de buzo, casco incluido. Llegó a la conferencia con un
taco de billar y un par de sabuesos rusos, y en su transcurso tuvo que
retirarse el casco para poder tomar aire. Comentó al respecto que “simplemente
quería mostrar que estaba sumergiéndome profundamente en la mente humana”.
En aquel entonces, el mecenas de Dalí era el muy
adinerado Edward James, que había colaborado generosamente al ascenso del
artista comprándole numerosas obras y prestándole dinero durante dos años. Se
convirtieron en buenos amigos, tanto es así que James aparece en la pintura de
Dalí Cisnes reflejando elefantes.
Colaboraron igualmente en la creación de dos de los
iconos más representativos del movimiento: el “teléfono-langosta” y el sofá de
los labios de Mae West. En 1939 Breton acuñó el anagrama espectivo “Avida
Dollars” para criticar su pasión por el dinero. Esta sarcástica referencia a su
pujante negocio del arte también pretendía acusarle de cultivar la megalomanía
mediante la fama y el dinero. Algunos de los surrealistas comenzaron incluso a
hablar de Dalí en pretérito perfecto, como si ya hubiera fallecido. Algunos
grupos surrealistas, y miembros adscritos posteriormente, como Ted Joans,
mantuvieron contra Dalí una enconada polémica que llegó hasta el día de su
muerte (y aún más adelante).
Período en
Nueva York
En 1940, con la Segunda Guerra Mundial arrasando Europa,
Dalí y Gala huyeron a los Estados Unidos, donde vivieron durante ocho años.
Después de la mudanza, Dalí retomó su antiguo catolicismo. “Durante ese
período”, informan Robert y Nicholas Descharnes, “Dalí nunca dejó de
escribir”.
En 1941 Dal entregó un guion cinematográfico a Jean
Gabin, titulado Moontide (en español, Marea lunar).
En 1942 publicó su autobiografía, La vida secreta de Salvador Dalí.
Escribía regularmente para los catálogos de sus exposiciones, como la
organizada en la Knoedler Gallery de Nueva York en 1943. También escribió una
novela, publicada en 1944, sobre un salón de moda para automóviles. De ahí
surgió una caricatura de Erdwin Cox, del The Miami Herald, que
presentaba a Dalí luciendo un automóvil como vestido de fiesta.
Un fraile italiano llamado Gabriele Maria Berardi
anunció haber realizado un exorcismo a Dalí en una visita de éste a
Francia en 1947. En el 2005, una escultura del Cristo en la cruz fue
inaugurada en la ciudad de dicho fraile. Se ha comentado que Dalí entregó esta
obra al fraile como prenda de gratitud, y dos expertos españoles sobre Dalí han
considerado que hay motivos suficientes para pensar que la obra fuese realmente
suya.
Aceptó la decoración de un escaparate de los almacenes
Bonwit-Tellerle en la Quinta Avenida de Nueva York. Hizo una polémica
composición dedicada al día y a la noche: en un lado un maniquí con peluca roja
en una bañera de Astracán; en el otro, una figura acostada en una cama con
baldaquino negro sobre cuya almohada ardían carbones. Pero se realizaron
modificaciones sin permiso del autor, y Dalí en protesta acabó lanzando la
bañera contra el vidrio del escaparate. Fue detenido y debió pagar los
desperfectos. El juzgado le absolvió, pues argumentó que defendía su obra. Se
entendió esta protesta como una defensa de los derechos de autor.
En esos años, Dalí diseñó ilustraciones para ediciones
traducidas al inglés de clásicos como El Quijote, la autobiografía
de Benvenuto Cellini y los Ensayos de Michel de Montaigne.
También aportó decorados para la película Spellbound de Alfred
Hitchcock (conocida como Recuerda en España, Cuéntame
tu vida en Argentina), y emprendió con Walt Disney la realización de
una película de dibujos animados, Destino, que quedó inconclusa y
que se montó en 2003, mucho después del fallecimiento de ambos.
Fue una de las épocas más fructíferas de su vida, pero
también discutida por ciertos críticos, que veían que Dalí difuminaba la
frontera entre arte y bienes de consumo al arrinconar la pintura para volcarse
más en el diseño y en artículos comerciales.
Últimos años
en Cataluña
Desde 1949 Dalí vivió en Cataluña. El hecho de que
eligiese España para vivir en tiempos de la dictadura hizo que algunos de sus
antiguos colegas, así como sectores progresistas, le hicieran blanco de nuevas
críticas. Esto sugiere que el descrédito con que Dalí era considerado entre
surrealistas y críticos de arte se debiese, al menos en parte, a motivaciones
políticas, más que al valor intrínseco de sus obras de arte. En 1959 Breton
organizó una exposición antológica titulada Homage to Surrealism (en
español Homenaje al surrealismo), que reunía obras surgidas en las
cuatro décadas del movimiento. La exposición recuperaba piezas de Dalí, de Joan
Miró, de Enrique Tábara y Eugenio Granell. Al año siguiente, sin embargo,
Breton se opuso enérgicamente a la inclusión de la Madonna Sixtina de
Dalí en la Exposición Internacional Surrealista de Nueva York.
Al final de su carrera, Dalí no se limitó a la
pintura, desarrollando nuevos procesos y medios experimentales: creó un
boletín y se convirtió en uno de los pioneros de la holografía artística, algo
nada extraño considerando su larga exploración artística de juegos visuales. Ya
durante sus últimos años, artistas de la talla de Andy Warhol proclamaron al
catalán como una de las influencias más notables del pop art. Dalí también
mostró desde siempre un acusado interés por las ciencias naturales y las
matemáticas. Así se observa en muchas de sus obras - sobre todo las creadas en
la década de los 50 - en las cuales llegó a componer retratos
individuales a partir de cuernos de rinoceronte. Según el artista, el cuerno de
rinoceronte significaba la geometría divina, puesto que crece en una progresión
espiral logarítmica. También relacionó el concepto con los temas de la castidad
y la santidad de la Virgen María. Otro de los intereses de Dalí era el ADN, y
el hipercubo (un cubo de cuatro dimensiones) que llegó a plasmar desplegado en
su Crucifixión (Corpus Hypercubus).
La posguerra abrió para Dalí una nueva etapa
artística, caracterizada por el virtuosismo técnico y el recurso a ilusiones
ópticas, así como al imaginario de la ciencia o la religión. Su aproximación al
catolicismo se fue haciendo más marcada, influida quizás por la conmoción
causada por la bomba de Hiroshima y el amanecer de la era nuclear. El mismo
Dalí denominó esta etapa de su arte como el período místico-nuclear. Su
intención parecía ser la síntesis de la iconografía cristiana con imágenes en
descomposición relacionadas con la física nuclear, como se desprende de obras
como Crucifixión (Corpus Hypercubus). Bajo la
clasificación de “misticismo nuclear” se incluyen también La gare de
Perpignan (1965) y El torero alucinógeno (1968-1970).
En 1960 Dalí empezó a trabajar en un teatro y museo personal, levantados sobre
su casa natal en Figueras; fue el mayor de sus proyectos individuales, y a él
dedicaría buena parte de sus energías hasta 1974. Incluso más adelante, a
mediados de los 80, realizó algunas reformas menores en el edificio. En su
madurez, el artista también se implicó con otras actividades “extra-artísticas”
que daban una medida de su enorme popularidad como personaje público. En 1968
Dalí grabó un anuncio televisivo para la marca de chocolate Lanvin,
y en 1969 diseñó el logo de Chupa Chups. Ese mismo año trabajó como responsable
creativo de la campaña publicitaria de Eurovisión, y creó una gran escultura
metálica que se instaló en el escenario del Teatro Real de Madrid. En el
programa Dirty Dali: A Private View (en español Dalí
el sucio: Una visión íntima), emitido por el Channel 4 en 2007, el crítico
Brian Sewell describía cómo a finales de los 60 fue requerido por el artista a
posar sin pantalones en posición fetal bajo la axila de una figura de Jesucristo,
mientras Dalí le fotografiaba y fingía hurgarse bajo el pantalón.
En 1980 la salud de Dalí se deterioró seriamente. Con
su mujer, Gala —que ya manifestaba síntomas de senilidad—, supuestamente
consumió un cóctel de fármacos que dañó seriamente su sistema nervioso, con la
consecuencia de incapacitarle prácticamente para la creación artística. Con 76
años, el estado de Dalí era lamentable, y su mano sufría constantes temblores
que evidenciaban el progreso de la enfermedad de Parkinson.
En 1982 el rey Juan Carlos I concedió a Dalí el título
de marqués de Púbol, que el artista agradeció con un dibujo, titulado Cabeza
de Europa, que a la postre resultó ser su último dibujo, y que le entregó
tras la visita real a su lecho de muerte.
Gala murió el 10 de junio de 1982. Tras su muerte,
Dalí perdió su entusiasmo por vivir. Deliberadamente, se deshidrató seriamente
- supuestamente como consecuencia de un intento de suicidio - , aunque
justificó su acción como un método de entrar en un estado de animación suspendida,
del mismo modo en que algunas bacterias pueden hacer. Se mudó de Figueras al
castillo de Púbol, que había comprado para Gala, y donde ella había fallecido.
En 1984 un incendio de causas desconocidas se declaró en su dormitorio. De
nuevo se sospechó de un intento de suicidio, aunque quizás se debiese a
negligencia del personal doméstico. De todos modos, Dalí fue rescatado y
regresó a su domicilio en Figueras, donde un grupo de artistas, mecenas y
colegas artistas se encargaron de su bienestar hasta sus últimos años.
Se ha denunciado que Dalí fue obligado por algunos de
sus «cuidadores» a firmar lienzos en blanco que serían vendidos tras su muerte
como originales. Estos rumores hicieron que el mercado del arte se mostrase
escéptico con las obras atribuidas a Dalí durante su última época.
En noviembre de 1988 Dalí fue ingresado a raíz de un
serio fallo cardíaco, y el 5 de diciembre de 1988 fue visitado por el rey Juan
Carlos I, quien le confesó que siempre había sido un fiel admirador de su obra.
El 23 de enero de 1989, oyendo su disco favorito
- Tristán e Isolda, de Richard Wagner - murió a causa de una
parada cardiorrespiratoria en Figueras, con 84 años, y cerrando el círculo fue
enterrado en la cripta de Figueras, situada en su casa-museo (ver imagen). Su
cripta se encuentra al otro lado de la iglesia de Sant Pere, donde había sido
bautizado, había recibido su primera comunión y donde descansa desde entonces;
tres manzanas más allá de su casa natal. Para evitar tensiones entre el
gobierno central y autonómico, Dalí testó en1982 a favor del estado español
como heredero universal de su obra.
La Fundación Gala-Salvador Dalí se encarga en la
actualidad de la gestión de su legado. En los Estados Unidos, el responsable
legal de su representación es la Artist Rights Society. En 2002 esta sociedad
salió en las noticias por requerir de Google que retirasen un logotipo de la
firma diseñado a semejanza de la obra de Dalí, y que había sido especialmente
creado para conmemorar el aniversario de su nacimiento, alegando derechos de
copyright. Google accedió a retirar el logotipo —cuyo uso, teóricamente, era de
un sólo día— pero se negó a admitir la violación de sus derechos de autor.
Autorretrato blando con tocino frito
(1941)
Retrato de Picasso
(1947)
Nacimiento del mundo
(1932)