HUMBERTO ZARRILLI
Exaltación
del Libro
En: ANALES de INSTRUCCION PRIMARIA. Julio a Setiembre 1953. Época II Tomo XVI . Nros. 7-8-9. pp.227 - 235
Escrita
especialmente para la Escuela de Práctica “República Argentina” que dirige la
Srta. Blanca D. Fontanals, y
representada en el acto de la inauguración de su Biblioteca Dámaso A. Larrañaga bajo la dirección del
profesor Fernando Amado.
Danza de niños, con túnica escolar. Después cada uno se coloca frente
a uno de los libros y de manera que pueda hojearlo.
Libro de
Lectura –
¿Me recuerdas? Soy tu primer libro, que con bellas imágenes de colores te
inició en el camino de la cultura. Los autores, que se ve quieren mucho a los niños, trataron de que yo
fuese como un juguete alegre que jugara contigo, para hacerte dulce el
aprendizaje y hacer que el amor a la lectura fuera perdurable en tu vida.
Niños
– (cantando)
Se va el sol-sale la luna…
Libro de
Cuentos
– Yo soy tu primer libro de cuentos. Por mis páginas,
las hadas, los gnomos, los
duendes, los reyes, las princesas, los pajes, que habitan ora en los bosques, ora en mágicos castillos,
han encantado tu fresca imaginación.
Aquí, va la
carroza de la Cenicienta; aquí está el príncipe probándole el zapatito; aquí
está Pulgarcito burlando al ogro ¡Mira el
gato con botas haciendo un marques de un
simple molinero.
Blancanieves y los enanitos y las hadas de
dulces nombres, y las brujas, siempre vencidas por un simple gesto de bondad de
una niña buena, que al dar lo poco que posee, recibe imperios de gracia que hace sonreír al final del cuento.
Niño – Había una
vez un rey que tenía tres hijas… Bendito seas mi libro de cuentos. Por ti yo me
sentí buena y poderosa como una princesa.
Libro de
las Canciones – Yo soy aquel que contiene las
vivas y alegres canciones que animaron
las rondas primeras en plazas, y luego en los patios de las escuelas.
Niños – (Cantando)
¿A
dónde va la niña coja?
Chirunflin,
chirunflan…
San Severín del monte…
Hacen así, hacen las lavanderas…
La torre en guardia.
La vengo a destruir
A rueda, rueda – de pan y canela…
Viva el sol, viva la luna,
Viva la flor del romero…
Libro de
Canciones – Así te
iniciaste en el canto, que une mano y mano de los amigos, que aligera y
ennoblece el trabajo y que acorta el camino.
Niño – ¿Y tú tan serio? Ah, ya te conozco. Eres la
Aritmética.
Libro de
Aritmética – Sí, soy el libro de los números, aquel
que al principio te resultó árido, pero a medida que con el cálculo y el
razonamiento, fuiste ejercitando tu mente aprendiste a amarme, porque si bien
no te encanté con cuentos dichosos y
canciones, te obligué al esfuerzo y
frecuentaste conmigo la dicha de un problema que se resuelve de una meta
intelectual que se alcanza y sobrepasa.
Niños – (Cantando)
Dos y dos son cuatro, cuatro y
dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis.
Libro de
Lenguaje – El destino
entre tan altos dones me dio el de ser el conservador de uno de los más bellos idiomas que
hablan los hombres: el castellano. Así como la lira eólica poseía en cada una
de sus cuerdas la nota para conmover las distintas fibras del corazón humano, nuestro
idioma es capaz de expresar en forma insuperable todo lo que la mente y el alma pueden sentir, y en
musicalidad tan armoniosa, pues, en
nuestra lengua como en ninguna, a la manera de los cuerpos perfectos, cada una de sus
sílabas parece enamorada de la otra.
Yo soy el
libro que te enseña a conservar tan rico legado de España, y más aún a incitarte
a que le seas fiel, porque si bien el que se expresa bellamente puede no actuar en forma
correcta, el que se expresa mal ya es incorrecto de por sí.
Niño –
Gramática castellana, yo prometo estudiarte porque me has hecho comprender que
traicionar a su idioma es como traicionar a la bandera.
Otro niño – Por el
hermoso mapa que luce tu carátula, ya advierto que eres la Geografía.
Libro de
Geografía –
Sí, soy el libro que enseña a conocer la forma física de la tierra.
Bellos
nombres de ríos, de montañas, de pampas, mares, golfos, bahías, cordilleras,
así como encantadores nombres de países que evocan el progreso o la leyenda. Yo
enseño las distintas características
de los hombres que habitan en cada región del globo. Te hablo de sus costumbres
o de sus esperanzas.
Conmigo
viajas con la imaginación a través de selvas interminables, de archipiélagos
dorados por el sol, de desiertos calcinados,
o por las frígidas regiones polares.
Te hago
conocer tu propia tierra y las tierras de los demás hombres, y como conocer es amar yo soy un
libro de amor.
Niño – A ti, que ostentas la silueta de Artigas en
tu carátula ya te conozco, eres la Historia Nacional.
Libro de
Historia –
Junto con el libro de Lenguaje y el de
Geografía yo la Historia despierto en ti el deseo de amar lo propio, pero
haciéndote amar también lo ajeno que merece ser amado. Quisiera que en mis
páginas vieras siempre a los héroes no en un trasmundo muerto sino en una
presencia continua, para que sus grandes hechos revividos por mí en cada
página, te conmovieran.
Que al
constatar la grandeza de aquellos que nos legaron nuestro patrimonio, no vieran
solamente una enumeración de hechos sino de vivencias de sus grandes acciones,
para que así la historia te emocionase por lo que nuestros antepasados han
hecho por nosotros y despertara en ti la gratitud y el deseo tan grande como
ellos.
Niño – ¿y tú que tienes tantos
grabados en qué se intercalan imágenes de los más variados seres no eres acaso
el libro de las Ciencias Naturales?
Libro de las Ciencias Naturales –
Ese soy; el ideal sería que me estudiase en el
gran libro abierto de la naturaleza, siempre pronto para enseñarte. Pero
como eso es irrealizable, yo sustituyo con mis grabados y con la palabra la observación
directa de los seres que te rodean. Te enseño a conocer la biología del hombre
y la forma como debes cuidar tu propio organismo, una de las realizaciones más
perfectas de la naturaleza. Te enseño a conocer los animales más variados, así
como las plantas, los minerales, y en fin, los tres grandes reinos que contiene
el planeta que habitas.
Niño – ¿Y este volumen en que veo caracteres
musicales, versos y figuras de paisanos danzando?
Niños – (Cantan)
Tenemos
ideales
vidalitá
que hogueras
parecen.
Con vientos
contrarios
vidalitá
con
más fuerza crecen.
Niño –
Linda canción, pero quisiera ver un baile.
Libro – Mira, aquí puedes ver el Gato
zapateando. (Se baila el Gato)
Niño – A ti que tienes los renglones
cortos, ya te conozco. Eres libro de versos.
Libro
de Poemas
–
Efectivamente, ese soy yo. Recojo producciones de poetas.
Niño –
¿Y qué es un poeta?
Libro
de Poemas
– Es un ser
privilegiado que puede dar, por la magia de la palabra, la fiel impresión de lo
que ha visto y en tal forma que lo observado o sentido por él, parezca que ha
sido visto y observado por primera vez,
como en un total descubrimiento, y que el lector lo perciba como tal, y que lo capte sin esfuerzo,
claramente y para siempre.
Niño –
Quisiera oír un poema.
Libro
de Poemas
– Escucha
Ciudad de Montevideo, de Humberto Zarrilli.
Otro
Niño –
Ciudad
de Montevideo
la
del río como mar.
Mar
o Río de la Plata
sangre
azul de mi ciudad.
Si
aún eres niño poeta
mi
tierra te encantará:
allí
ríos son mares,
allí
se endulza la mar.
Techos
bajos, platanares,
declives
en luz de viaje,
por
muchas partes el mar,
el
cielo por todas partes.
Callecita
de mi infancia
bordeada
del platanar,
calle
de Montevideo
que
vas a hundirte a la mar.
Un
día por esta calle
ya
no me verán jugar
y
en vano estarán los plátanos,
la
vieja casa y el mar.
Niño – ¿Y tú, donde veo tanto dialogado, eres teatro
o novela?
Libro
de Novela
– Soy la
novela, género literario que a la par que te entretiene eleva tu alma con
nobles sentimientos y te ayuda a conocer tu propio corazón y el de todos tus
hermanos, los hombres.
En
nuestro idioma se ha escrito la más grande novela, cuyo autor es Miguel de
Cervantes Saavedra y titulada El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Niño –
¿Y este otro de aspecto tan severo y tan noble como un templo de mármol?
Libro
“Ariel” –
Soy el libro que contiene inmortales páginas de “Ariel” escritas a principios
de siglo por nuestro gran José Enrique Rodó.
Niño –
¿Quién es Ariel?
Libro
“Ariel” –
“Ariel”, genio del aire, representa en el simbolismo de la obra de Shakespeare,
“La Tempestad”, la parte noble y alada del espíritu; Ariel es el imperio de la
razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de la irracionalidad; es el
entusiasmo generoso, el móvil alto y
desinteresado en la acción, la espiritualidad de la cultura, la vivacidad y la
gracia de la inteligencia, el término ideal a que asciende la selección humana,
rectificando en el hombre superior los tenaces vestigios de Calibán, símbolo de
sensualidad y de torpeza, con el cincel perseverante de la vida”.
Niño – ¡Con qué palabras armoniosas y ajustadas has
respondido a mi pregunta! Se diría que brotó de tus labios un pensamiento hecho
música.
Libro
Ariel – Porque las palabras que he pronunciado son
las mismas que emplea Rodó, pues este escritor unía a la originalidad y
profundidad de sus concepciones, la más hermosa forma de transmitirlo. Es por
eso que su libro “Ariel”, es el más
difundido en toda América y aún en Europa, porque el alegato que contiene en
pro de la filosofía de la vida espiritual, está expresado en la prosa más rica,
más pura, más serena, más bella y más persuasiva.
Muchos
son los grandes escritores del Uruguay y muchos sus libros, pero éste sigue
siendo el que más influencia ha tenido, tiene y tendrá en la lengua
española.
Niño –
¿Y este libro tan pequeño?
Libro
Constitución – Soy el libro máximo. La Constitución de la
República Oriental del Uruguay, y a pesar de mi reducido formato contengo los
principios más sabios que se han establecido para la convivencia entre los hombres. Son los
postulados de los derechos sagrados del hombre y también de sus sagrados
deberes para con la patria, pues siendo la nuestra una democracia perfecta, en
mi libro se establece que tu libertad es absoluta, pero que ella tiene un límite,
que es el cumplimiento estricto de las leyes que tienden a que tú comprendas
que esa libertad que se te otorga termina donde comienza la libertad de los
demás.
Repito
que soy el libro máximo, porque si yo no estuviese o un tirano me desconociese,
desaparecería la libertad de expresión, fundamento de la creación intelectual,
base de todos los libros nobles que se han escrito en el mundo, y por lo tanto,
soy la fuente principal de toda cultura verdadera y de todo libro donde el filósofo,
el pedagogo, el poeta, el hombre de ciencia puede comunicarse con los demás,
sabiendo que persigue la realización del triángulo magnífico del bien, la
verdad y la belleza.
Humberto Zarrilli